domingo, 2 de octubre de 2016

Recordar

Esto no es una división entre quienes quieren la paz y los que no, cierto. Pero, es el choque inevitable entre dos historias: Una, es sobre querer dar justicia, recordando lo que hicieron los violentos; la otra, es sobre querer estar en paz, perdonando y olvidando.
Como era de esperarse, las personas somos esclavas del recuerdo, de las historias que nos hemos repetido constantemente desde que somos niños. Y es que todo el mundo quiere pensar que su vida es la de los buenos, la de los justos. Pero, el problema, es que los violentos quieren pensar lo mismo, quieren recordar de la misma manera. Y así, estamos en un problema simple: No podemos eliminar a los violentos, porque no somos asesinos. Y tampoco podemos pedirles que se enajenen de sí mismos, porque sus discursos, si los dejan hablar, o sus balas, si no se los permiten, nos recordarán que ellos existen también.
Muchos creen que hoy se hizo justicia, al rechazar el Plebiscito por la paz con las Farc. Esto no es cierto. Hoy solo se reescribieron las mismas historias de siempre. Y como los recuerdos, nunca descansan; de hecho, se fortalecen con la repetición, y se justifican en los hechos, sobre todo ficticios. Así que, hoy será un recuerdo más en mi vida y las suyas, y muchos se sentirán indignados del resultado, o de los reclamos de amigos y parientes. Pero, tengan cuidado con lo que recuerdan, porque en últimas los hará extraños de sí mismos: Hoy Timochenko hablaba de paz, y el 62% de los colombianos decidían aplazar un proceso concreto, por esperar otro que ni siquiera está escrito.

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